Confederación

Oscuridad y tiempos de transformación

Canalización del Espíritu Santo, 18 de abril de 1987

Yo soy del principio del Amor de Jesús el Cristo, y los saludo en la plena conciencia de ese Amor vivo.

Mientras contemplamos su primavera en este santo sábado, vemos mucho que la Tierra aún debe dar a luz, mucho que nacerá y florecerá, prosperará y luego, a su debido tiempo, regresará a lo que algunos llaman tumba y otros llaman tiempo de transformación. Cómo las pequeñas sombras y luces de cada encarnación entre todos los pueblos de la Tierra se mezclan en un hermoso caleidoscopio de luz y oscuridad, tiempos de florecimiento y tiempos de espera en la oscuridad. ¿Podría acaso la flor ser la mitad de hermosa sin la oscuridad que la nutre? ¿Y si no fuera por el florecimiento, sería satisfactorio el buscar, alcanzar y aprender bajo tierra como condición del alma de la planta o del hombre? Hijos míos, les pedimos que acepten los tiempos de oscuridad; acepten los tiempos de nutrición, de búsqueda, de estirarse y de no saber, porque incluso en el más entumecido y muerto de los sentimientos existe esa cualidad de alimento subterráneo, y llegará un tiempo de florecimiento. Aun así, oren para que sea el tiempo señalado para el jubileo, para que florezcan ustedes, y que en su temporada puedan florecer y regocijarse.

Los dejamos en la paz de los ciclos eternos de la creación, ahora y siempre. Amén.


Decepción y Fracaso

Q’uo, 1 de enero de 1989

Pregunta del grupo: No importa qué método sofisticado o anticuado de expansión de la conciencia intente una persona, lo que realmente parece resumirse en el crecimiento espiritual es mucho ensayo y error y la capacidad de lidiar con la decepción cuando nos vemos a nosotros mismos quedando cortos frente a nuestros ideales. ¿Podrían hablar sobre la idea de que realmente no parecen existir atajos en el crecimiento espiritual y sobre el papel que juegan la decepción y la fe en el camino del buscador de la verdad?

Yo soy Q’uo. Los saludo en el amor y en la luz del Único Creador Infinito, en cuyo nombre hemos sido llamados aquí para manifestar aquellos pensamientos de amor y luz que tal vez encuentren un oído dispuesto a escuchar, de modo que podamos ser de algún pequeño servicio. Que esto sea posible es la mayor de nuestras esperanzas en este punto particular de nuestro desarrollo, y no podemos agradecerles lo suficiente por permitirnos hablar a través de este instrumento.

Sobre este tema, el tema del viaje espiritual, podríamos comenzar a hablar de una manera, encontrar otra forma de contemplar la misma experiencia y, de manera siempre pertinente, no podríamos agotar las formas en que uno puede observar e imaginar la verdadera estructura del viaje espiritual. Es decir, no hay nada particularmente espiritual en el viaje. Este, como cualquier otra prueba, es cuestión de ciertas, digamos, leyes naturales, con el eje siempre equilibrante colocado a noventa grados respecto a esas leyes de la imprevisibilidad del libre albedrío.

Pero esta noche ustedes han elegido contemplar el viaje espiritual en términos de compromiso de tiempo, en términos de si, mediante el pensamiento, uno podría acelerar el ritmo del crecimiento espiritual. Mis hijos, si nosotros, los de Q’uo, no creyéramos que es posible acelerar el crecimiento espiritual de los estudiantes cuidadosos y persistentes por medio de mensajes inspiradores, no estaríamos trabajando con este instrumento, pues no es parte de nuestra intención desperdiciar nuestro tiempo. Sin embargo, la verdad es que es sumamente posible; es decir, es posible, en casi cualquier grado que la entidad desee, acelerar el ritmo del crecimiento espiritual. La dificultad, desde dentro de la ilusión, es que las manifestaciones particularmente difíciles del crecimiento espiritual acelerado son el dolor emocional, la irritación con uno mismo por haber fallado y otras emociones negativas.

La razón extremadamente simple de la aparente paradoja es que, en tiempos de crecimiento altamente acelerado, se están realizando cambios a gran escala en el mapa de ruta de varias porciones del programa y del metaprograma de la mente, y, especialmente cuando estos cambios han alcanzado la fase iniciática o metaprogramática, muchos, muchos sentimientos y acciones parecerán haber sido los de una persona demasiado sensible, inmadura y desequilibrada. Esta persona se considerará la menor de todas las que buscan, pues no está manifestando alegría, jocosidad, regocijo y libertad, sino más bien sufriendo bajo una carga. Sin embargo, cuando la memoria haya enrollado sus bandas doradas sobre estos tiempos y haya transcurrido lo que ustedes llaman tiempo, de manera que uno pueda mirar hacia atrás esa memoria cubierta de oro, uno puede ver una y otra vez la rapidez del crecimiento lado a lado e inexorablemente ligada a los fracasos más nauseabundos y humillantes. Es por esta razón que, dentro de la ilusión, a menudo se siente que no hay atajos, y que uno simplemente debe avanzar a trompicones, por ensayo y error.

De hecho, cuando se trabaja con la programación más profunda de la metaconciencia, el movimiento del sentimiento interior puede ser tan poderoso que puede parecer irresistible y quizás contrario a la cortesía habitual. Sin embargo, estas expresiones deben ser reconocidas como parte de la mente, no como algo llamado histeria o emociones, sino más bien como aquellos momentos en que el metaprograma ha cambiado de una vez y para siempre un programa muy, muy profundo. Bien puede haber algún tipo de liberación proveniente de un cambio tan profundo que ustedes no lo comprendan, y el hecho de que tal vez se sientan decepcionados de sí mismos debe ser aceptado por ustedes como una condición de su intento de vivir una vida basada en la fe de que, en efecto, existe un Creador bondadoso, un Creador hecho de amor, que nos amó primero y a quien nuestra respuesta es la fe.

Ahora, habiendo hablado de las dificultades del progreso y de que la idea de atajos es incorrecta, digamos que una persona sí utiliza herramientas para avanzar hacia un momento de visión, un momento de iniciación, un tiempo de cambio y metamorfosis. Una persona puede usar las técnicas de privación conocidas en muchos, muchos sistemas de expresión hacia el Creador Infinito: el ayuno, el cambio de la rutina diaria hacia una de silencio y devoción. Todos esos actos diarios de meditación y adoración, ya sea por un instante, un minuto o una hora, en su cotidianidad mantienen al peregrino-soldado en el camino. Usted está luchando contra algo que bien podría llamar decepción. Preferimos llamarlo la mente intelectual no informada. Sus mentes están muy, muy llenas de esas opiniones basadas únicamente en lo que este instrumento llamaría sabiduría convencional. En su corazón están almacenadas las leyes naturales. Es bueno saber cómo actuar conforme a la ley dentro de su sociedad. Es bueno actuar conforme a la ley dentro de esa sociedad.

También es sumamente importante para usted, como ser espiritual, saber quién es y quién es ese individuo que lo transporta. Esto es de gran importancia. Si no conoce al gran animal bípedo del cual depende tanto, si no lo aprecia, no lo provee bien, no lo acepta, no lo nutre ni lo cuida, entonces usted, como conciencia, encontrará cada vez más difícil dedicar intensidad y tiempo a la búsqueda espiritual.

Así que permítase ser quien se nutre a sí mismo. Cuando se sienta decepcionado de usted mismo, deje que su ser nutridor recuerde que solo está decepcionado dentro de la ilusión. No tienen idea, hijos míos, de qué bendición son sus esperanzas, sus intenciones y sus ideales. La luz de esos ideales es la luz de su planeta. Su entusiasmo por la verdad, su fidelidad al Creador, su vida basada en la fe y no en las palabras; estas cosas van más allá de ese yo que los transporta. Estas cosas son lo que ustedes realmente son: un ser de fe. En tiempos de decepción, permitan que ese ser los nutra, los proteja, los consuele y los calme, porque es difícil avanzar más rápido de lo que el cuerpo está listo para ir, o de lo que la mente está preparada para moverse. Es algo arduo cambiar, y de hecho debe resistirse con cuidado. Cada cambio debe ser visto, considerado y aprobado por su ser discernidor y completo, un ser que siempre esté informado y centrado mediante la meditación diaria.

En resumen, hijos míos, cada uno de ustedes ha pasado muchos años acelerando el curso del crecimiento espiritual. Cada uno ha visto que los mayores frutos se manifiestan en medio de la iniquidad, el error, error tras error y el pecado percibido por uno mismo. Cada uno es capaz de ver que la compasión ha crecido durante el dolor, más allá de los propios límites y más allá de lo que no causaría decepción. Sí, se decepcionarán a sí mismos una y otra vez, y debemos decir que cuanto más se decepcionen a sí mismos, más están intentando hacer, y más saludamos su valiente espíritu. Nunca, jamás, permitan que las palabras que su mente pueda crear ataquen su fe y su esperanza de que todo lo que es doloroso también será fructífero, y todo lo que es difícil también se convertirá en aquello que es dorado, aquello que lleva la compasión al corazón, la comprensión a la mente. Porque al final de cada fracaso, al final de cada limitación, una vez aceptada y perdonada, el yo puede encontrar la compasión correspondiente por esa misma limitación en cada otro ser humano que encuentre en la misma situación.

Que crezcan más dulces a través de la adversidad y, sobre todo, quizá podamos darles nuestro mayor consejo: para aquellos que desean continuar acelerando el ritmo del crecimiento espiritual, aprendan a trabajar con igual empeño durante los tiempos percibidos como positivos que durante los percibidos como negativos, y los eventos negativos no necesitarán ocurrir.

Para beneficiarse de lo positivo, uno debe hacer lo que sería imposible si no estuviera familiarizado con la negatividad; es decir, debe esforzarse más allá de sus propios estándares de excelencia, intentando en todo momento dar más y más alabanza al Creador, más y más de sus horas conscientes, esforzándose cada vez más, al entrar en el patrón de sueño, para programarse a sí mismo para el aprendizaje y la configuración de nuevos metaprogramas más cercanos al Gran Pensamiento Original. Hagan estas cosas con fidelidad. Trabajen durante los tiempos fáciles, felices, contentos y pacíficos, y se volverán cada vez más pacíficos y contentos. El trabajo debe realizarse, mis hijos. Ustedes mismos lo han diseñado en sus encarnaciones. Ustedes mismos se juzgarán al final. Sí, será como el Yo Superior, pero serán ustedes específicamente y personalmente quienes deberán hojear las páginas de esta encarnación.

Reclamen ahora sus desilusiones. Enfréntenlas, aprendan de ellas y crezcan dulces con compasión. De esta manera, la desilusión ante el aparente fracaso se convertirá, de manera apropiada y equilibrada, en aprecio y perdón por las propias limitaciones, por la historia y los rastros de los propios cambios, transformándose en una fuente impersonal de amor. Entonces, cuando, sin el velo, se encuentren y contemplen su vida, verán que eran conscientes de que no existe tal cosa como la desilusión terrenal, sino solo los sonidos, las experiencias, los subproductos, el dolor y las dificultades de la transformación. Que siempre intenten lo más alto y lo mejor que conozcan, y que cada limitación, desilusión y aparente fracaso se convierta para ustedes en la oportunidad de auto-perdón, apreciación de sí mismos y nutrición de su espíritu en crecimiento.


Meditación, Sacrificio y Experiencia

Q’uo, 16 de marzo de 1986

Queremos ofrecerles nuestro aliento y hablarles sobre la meditación, pues es la llave que abre la puerta a aquello que está dentro de ustedes, y aquello que está dentro de ustedes no es nada menos que el Pensamiento Original Único, que es el Creador. Pueden llamar a este Creador “Mente Universal”, aunque eso no es del todo preciso, ya que la mente procedió y se precipitó a partir del Pensamiento, el cual fue pensado sin mente, pero solo con consciencia. Ustedes son el Creador, y a medida que se experimentan unos a otros, el Creador adquiere experiencia.

Hablamos desde el punto de vista de que el Creador ha hecho un gran sacrificio al permitir que una porción de Su ser tenga mente y se vuelva independiente, pues hay un gran esfuerzo en aceptar la libre voluntad de porciones de Sí Mismo que parecen estar en desacuerdo con otras porciones de Sí Mismo. Y, sin embargo, el Creador ha hecho repetidamente este sacrificio de totalidad sin esfuerzo para traerse a Sí Mismo un Yo expandido. El Creador, por así decirlo, toma una perspectiva muy, muy amplia y observa todo lo que ocurre a través de todas las densidades y dimensiones para que pueda integrar en Su propio Ser todos los yos que se han vuelto únicos y aprender todas aquellas cosas que cada porción única ha aprendido. Y ustedes mismos son un sacrificio para su propia mente. Porque sin mente estarían constantemente en un estado de meditación, y todas las cosas serían completas y enteras en sí mismas, y una con ustedes, aceptables en todo sentido. Sin embargo, han sacrificado esa conciencia al venir a la encarnación y ser limitados por su separación de aquellas cosas a su alrededor: el material del asiento sobre el que ahora soportan su peso, de los demás porque pueden tocar pero no pueden convertirse en uno físicamente. La separación parece ser muy profunda y uno olvida que las piedras cantan, que la tierra grita de júbilo y que los árboles brincan en primavera. Qué fácil es sentirse separado de la vida que habita en todas las cosas. Qué fácil es sentirse separado de uno mismo, sentir que hay facciones dentro del yo que deben reconciliarse, encontrarse analizando y reanalizando sin resultado. El único camino de la separación a la unidad se logra mediante la meditación. Algunos se benefician de meditar por largos períodos. Otros se benefician meditando solo unos pocos minutos cada día, y algunos cuya meditación es en acción, y a través de la acción se centran y se vuelven uno con todo lo que es.

Por lo tanto, no asuman que saben lo que es la meditación ni cuáles deben ser sus objetivos respecto a ella; más bien, mientras meditan, escuchen esa voz que habla en su interior y mediten según las instrucciones de esa voz. No hay un tiempo determinado ni un método establecido. Hay, sin embargo, una cosa que debemos enfatizar, y es la fidelidad a la práctica.