Confederación

Sobre el Ser y el Llegar a Ser

Q’uo, 3 de julio de 1989

Yo soy Q’uo. Los saludo a cada uno en el amor y en la luz del Único Creador Infinito, y agradezco a cada uno por solicitar nuestro servicio, el cual humildemente podemos ofrecer. La pregunta que haces hoy parece contener una paradoja. Esto significa que el que pregunta va por el camino correcto, pues la búsqueda espiritual tiene como su principal característica la paradoja constante. En este caso, la paradoja es: “¿Cómo puede uno ser uno mismo mientras está llegando a ser uno mismo? ¿Cómo puede uno ser y, al mismo tiempo, estar abierto al cambio?”

En primer lugar, quisiéramos expresar que, más allá de cualquier control que puedas tener, tú eres. No tienes elección más que ser lo que eres, pues eres una entidad metafísica imperecedera, una forma de luz. La belleza de tus vibraciones es única en cada ser. El equilibrio del servicio es único en cada uno, y sin embargo, cada uno es hermoso y amado por nosotros. Y damos las gracias a todos los que buscan la verdad y vuelven su rostro hacia el misterio del infinito y hacia el amor del Creador.

Con mucho, la mayor parte del Creador no está activa, sino que reside en un estado de amor, esa fuerza que creó todo lo que existe y que cada uno de ustedes busca integrar en su vida de manera cada vez más natural, más auténtica y más deliberada. El sentido de este pensamiento es que no pueden evitar el ser. Está dentro de ustedes de forma incuestionable, desde nuestro punto de vista, cuál es el complejo vibratorio que cada uno de ustedes representa. Sabemos que esto no les es perceptible dentro de su ilusión, pero les aseguramos que son seres imperecederos y que no existe error alguno que uno pueda cometer que elimine el ser, la conciencia del yo.

Ahora dirijamos nuestras mentes al fenómeno del aprendizaje. Toda experiencia de aprendizaje es una especie de prueba. La experiencia de aprendizaje espiritual implica una gran cantidad de catalizadores y cambios, pues el buscador espiritual que intenta acelerar el ritmo de su crecimiento descubrirá cada vez más cuán incómodo puede ser el cambio. Así, puede suceder que, en los momentos más oscuros, uno se pregunte si es lo suficientemente espiritual, si ha permanecido en el camino hacia el reino que lo espera. Uno se cuestiona a sí mismo. Las incomodidades del viaje espiritual están todas ligadas al deseo de cambiar. Es una bendición para aquel que sirve a los demás cuando comprende que aquello que debe hacer ya está preparado para él y se encuentra justo frente a su rostro.

La trampa de aquellos con orgullo espiritual es que tienden a valorar los servicios dramáticos por encima de los menos dramáticos y a quienes los realizan. Esto nunca adelantará la causa de elevar la conciencia de la Tierra. Más bien, se trata de una serie de paradojas que les sugerimos considerar; es decir, el camino del medio, la via media, para caminar en equilibrio con la vida que nos rodea en servicio a los demás. Los servidores no dramáticos —aquellos que cuidan al niño, que barren el hogar, que trabajan en empleos que no parecen ofrecer satisfacción— son tan capaces como el buscador más experimentado de manifestar dentro de su creación el amor del Infinito.

Ahora bien, la paradoja entre el juicio y la tolerancia o la mente abierta solo se resuelve mediante la fe; es decir, la fe de que somos, de que cada uno es, de que uno mismo es un YO SOY. De lo único de lo que eres responsable, en ese sentido, es de aprender quién eres. Son muchos los que se enredan tanto en el crecimiento espiritual que nunca llegan a establecer para sí mismos las raíces de su fe. En consecuencia, pasan de una práctica espiritual a otra, sin llegar nunca a obtener la satisfacción y el consuelo de la guía espiritual y del servicio a los demás en comunidad. Por eso decimos que es bueno conocerse bien a uno mismo, saber qué necesita el vehículo físico que lleva a cada uno y proveerle con cuidado, tratar con amabilidad ese instrumento, pues es el que te transporta. Entonces uno puede volverse hacia el cambio con la certeza de quién es. Porque al cambiar, no estás cambiando de naturaleza, sino refinando tu cualidad.

Por lo tanto, la mente abierta, el intento de probar cosas nuevas, traerá por supuesto cambios dentro de la mente consciente y también en la programación de la mente subconsciente, y esto, como siempre, se experimentará como momentos de incomodidad, frustración, tristeza, ira u otro tipo de tensión negativa. Desde dentro de la ilusión, esa es la imagen que los ojos transmiten al cerebro. Pero esta no es una imagen precisa, pues en retrospectiva siempre puede descubrirse que allí donde hubo un catalizador para el cambio y la dificultad de cambiar con el fin de servir mejor a los demás, también ha existido el equilibrio del aprendizaje que se intensifica durante los acontecimientos traumáticos. Así, cada entidad que busca debe realizar por sí misma el trabajo de discernimiento y juicio. Que nadie te exprese la verdad de una manera infalible, sino que permitas que aquello que sí es infalible —el Yo-Creador interior— tenga constantes oportunidades diarias de centrarse y morar en el Uno Infinito Creador.

Te sorprenderías mucho, hijo mío, si supieras cuál es tu verdadera temperatura espiritual. Ninguno de ustedes se conoce a sí mismo hasta el grado en que nosotros los conocemos, simplemente porque podemos leerlos. Podemos ver sus vibraciones y sus equilibrios en su unicidad, en su pureza cristalina. Dentro de la ilusión, ustedes no ven formarse un cristal en la conciencia, sino que ven masas de hueso, músculo y tendón, cabello y diversos rasgos, cosas muy tangibles, y es casi imposible experimentar, sin hacerlo a través de los sentidos del cuerpo físico en relación con el mundo físico, el dolor del cambio. En realidad, cuando el dolor está ocurriendo, con frecuencia ese es el momento del mayor avance para una entidad. El desafío del catalizador ha enfocado la atención y, por tanto, el buscador está más dispuesto a acoger el cambio en términos de aumentar su polaridad en el servicio a los demás.

Ahora comprendemos que ninguno de ustedes sabe con precisión cómo conocer el yo. Podemos sugerir que, especialmente en la relación de pareja, la pareja que se encuentra en la búsqueda espiritual junto con la otra funciona como maestro y espejo, de modo que aquello que uno escucha entra en la biocomputadora de la mente, se filtra a través de los sesgos subconscientes y, por lo tanto, se convierte en un reflejo bastante distorsionado de uno mismo. Cuando se produce la conversación, las dos entidades buscadoras buscan ayudarse mutuamente, consolarse, apoyarse y aprender juntas. Así se vuelven honestas. Se vuelven moldeables para hablar con claridad sobre cualquier tema.

Dentro de su cultura, muchos temas se consideran inapropiados para profundizar en ellos. Lo espiritual es un asunto de vida y, en esta ilusión, de muerte, porque lo que haces dentro de esta ilusión, las elecciones que tomas aquí, afectará a su vez tu ser en la cosecha, y cuanto más polarizado hacia la luz te hayas vuelto, más amoroso, más compasivo, más aceptante, más pacífico, más alegre y más luz podrás aceptar con gozo y utilizar. Y en ese término, luz, no nos referimos simplemente al fotón, sino a la energía que es del Creador. El fotón es la manifestación de ese Gran Pensamiento Original de Amor. Por lo tanto, sugerimos que cada uno examine las partes de su experiencia que le han hecho sentir una emoción, pues la emoción es un tipo de pensamiento muy profundo y purificado. Al contemplar los propios prejuicios y sesgos, uno tiene la oportunidad de intentar equilibrarlos, reconocer la paradoja, el opuesto, y ver que son dos caras de una misma cosa, que todo es uno, que no hay separación.

Ahora, uno puede polarizarse y continuar cambiando en cualquier circunstancia o condición.

Sugerimos que veas el equilibrio y camines por el camino del medio, usando tu discernimiento después de haber escuchado las ideas que se te presentan, sin juzgar antes o durante la experiencia, sino permitiendo que cada experiencia de aprendizaje tenga su propia forma, espacio y color, permitiendo que se asiente en esa porción de la mente que es mucho más precisa, esa porción de la mente que se encuentra por debajo del nivel del pensamiento consciente. En la meditación esto se realiza, y es muy recomendable meditar diariamente. El objetivo que buscas es estar en un estado de conciencia en el que se preserve el sentimiento de unidad con el Único Creador, la experiencia de morar en meditación, la experiencia de abrir la puerta interior mediante la meditación. Muchas veces, los aprendizajes llegarán al buscador a través de sueños, ensoñaciones o visiones. Estos nunca deben ser ignorados, sino valorados como indicadores profundos de quién eres.

Una paradoja también resulta de una vida vivida en fe y servicio, pues a medida que uno sirve, recibe servicio multiplicado por doce, por cien, por mil. A medida que uno da, recibe en abundancia. Así, la paradoja es que los sentimientos y acciones compasivas en servicio a otros seres —amando, apoyando, compartiendo o con una breve sonrisa a un extraño— te reconocen como un servidor del Único Creador Infinito, y, sin embargo, lo que recibes de la creación es mil veces aquello que has expresado.

Busca ese fuego interior. Busca profundizar la capacidad de adorar al Creador, de ofrecer adoración, alabanza y acción de gracias al Creador por todas las cosas, incluyendo aquellos desafíos que se han presentado para que aprendas lo que habías venido a aprender. Nunca te desharás de tu individualidad; solo es posible no ser consciente de ella. La práctica de la honestidad contigo mismo es la piedra angular de este proceso, básicamente analítico.

En el caso del preguntante y en muchos otros, la cantidad de aprendizaje programada en esta encarnación es la máxima que el Yo Superior consideró que cada uno podía alcanzar en esta densidad. Muchas entidades, por lo tanto, experimentan gran dificultad y han diseñado esto en su experiencia de vida con el propósito de aprender a servir sin esperar retorno. Este instrumento tiene gran dificultad en recordar que recibir también es un servicio, y queremos recordar a cada uno que quienes reciben son tan bendecidos como quienes dan. La bendición reside en la compasión entre las dos personas. Aquello que se hace a regañadientes no polarizará tu conciencia hacia lo positivo; por lo tanto, si es imposible servir con alegría, es recomendable retirarse a la soledad y la meditación hasta recuperar el equilibrio, hasta que la fe sea firme, hasta que uno ya no sienta desesperación.

Por lo tanto, las ilusiones de enfermedad, limitación, ruina financiera y cualquier otro patrón perturbador de la vida bien podrían no ser desastres en absoluto, sino más bien desafíos maravillosos que te permiten polarizar miles de veces más rápido de lo que nosotros podríamos jamás dentro de nuestra densidad, que es la quinta, o cualquier otra densidad además de la tuya. La tercera densidad es la densidad intensiva. Es la densidad de tomar la decisión de servir al Creador sirviendo al yo o de servir al Creador sirviendo a los demás.

A medida que comprendes mejor tus sesgos, así también podrás trabajar en aumentar los sesgos que consideres valiosos y disminuir los que consideres no valiosos. Puedes cambiar tu propia conciencia, pero nuevamente decimos: tu llegar a ser es ilusorio, porque en el sentido último no hay tiempo; no hay espacio; solo existe el momento presente, que es infinito. Muy pocas entidades son capaces de habitar plenamente en el momento presente; más bien, se reprenden o se felicitan por lo que ya pasó o se preocupan por lo que está por venir. Es bueno recordar que cada momento intersecta la eternidad. Pedimos a cada uno que libere el miedo de vivir en esta ilusión y que se sienta contento con las condiciones que prevalezcan, aceptando cualquier condición como agradable, aunque pueda parecer un desafío o dificultad seria.

No estás solo mientras trabajas para convertirte más en lo que eres. Básicamente, estás descubriendo quién eres a medida que te refinas, porque el ser original que constituye tu conciencia es la conciencia del Creador, ese gran e intenso Amor apasionado que llama a la existencia al fotón y, desde ese punto, a todas las manifestaciones de tu ilusión.

Hay mucho que decir sobre la pura perseverancia y la negativa a reprocharse a uno mismo. Porque cuanto más severo seas contigo mismo en el intento de manifestar al Creador-interior dentro de la ilusión, más dificultades experimentarás. Permite que el hecho de que esto es una ilusión se asiente profundamente en tu mente. Piensa en todo lo que existe. Está formado, como sabemos que tus científicos han dicho, de partículas atómicas y subatómicas y de combinaciones de ellas. Sin embargo, nunca se ha observado una masa real; tus científicos solo han encontrado el rastro de la energía. Ellos ven de primera mano la profundidad de la ilusión.

Que tú también puedas darte cuenta de que eres mente, cuerpo y espíritu compuestos de complejos patrones de energía, que eres sensible al entorno en el que habitas y al universo en el que te encuentras. El arte de convertirse no es un arte que se conquiste fácilmente. Es un oficio, y tú eres el artista. Es una obra, y tú eres el actor. Conócete a ti mismo lo mejor que puedas y luego escucha con mente abierta toda la información, ponla a prueba en tu interior, y dentro de ti llegará la respuesta, porque reconocerás tu propia verdad. Cada entidad tiene un camino ligeramente diferente hacia el Creador. Lo que es funcional para una entidad puede ser inútil para otra, con la excepción de la práctica de la meditación silenciosa y la escucha interior.

Te deseamos la alegría de saber, incluso en el dolor, la dificultad y la angustia, que el trabajo en la conciencia que planeaste para ti mismo se está realizando de manera fructífera, beneficiosa y constante, de modo que cada peregrino persistente y fiel en el camino pueda, mediante decisión e intención conscientes, vivir cada vez más la vida del instante, que es eterna, trayendo la infinitud a la experiencia ilusoria, trayendo la vasta perspectiva a la mente cargada de tantas palabras y números.

Deseamos que sean extremadamente compasivos y amorosos consigo mismos cuando perciban el fracaso dentro de la ilusión. No tienen idea de cómo lo están haciendo dentro de la ilusión. No sabrán cómo lo han hecho hasta que hayan dejado atrás la pesada ilusión química que experimentan y puedan, una vez más, contemplar la experiencia de vida como parte de lo que este instrumento llamaría el Registro Akáshico, pasando las páginas de la vida, contemplando el tapiz que uno ha tejido de amor y tristeza, de servicio y egoísmo. Que cada uno teja el tapiz más hermoso que pueda. Que cada uno contemple la experiencia de vida como un poema, un intento de escribir cada línea con gracia y belleza. En esto están apoyados y nunca están solos, pues el Ser Superior, bajo cualquier nombre o forma con que deseen llamar a esta energía, está con ustedes como consolador y sustentador. Y cuando la desesperación abrume al alma, les pedimos que suspendan todo juicio, toda discriminación hacia sí mismos, y entren en la conciencia de que están siendo sostenidos en los brazos infinitos del Creador Infinito, de que, en verdad, están siendo nutridos.

Yo soy Q’uo, y estoy profundamente agradecido con cada uno por invitar nuestra presencia. No podemos agradecerles lo suficiente por este honor. Esperamos, como ustedes dirían, cada reunión en la que podamos participar como sus hermanos y hermanas que buscan la fuente del mismo misterio que cada uno aquí encuentra en el centro de su patrón de vida. Dejamos a este grupo en el amor y en la luz del Único Creador Infinito. Adonai, mis amigos.