Una guía de conceptos

Libre albedrío

En esta, la primera (de manera secuencial o lógica, no cronológica) de las tres Distorsiones Primordiales de la Ley del Uno, se reconoce que el Creador se conocerá a Sí Mismo.

El Libre Albedrío, en su sentido cosmológico más profundo, denota el momento, usando un término lineal, en el que la infinitud toma conciencia, determinando en esta conciencia que puede y va a conocerse a Sí Misma. Antes de la aparición del Libre Albedrío (la Primera Distorsión), solo existe la infinitud inteligente o unidad pura, indiferenciada, no distorsionada, no polarizada, no potenciada. Misterio inquebrantable.

A través de la Primera Distorsión, la infinitud inteligente se involucra en una exploración de la multiplicidad (la primera y primordial paradoja de la Ley del Uno). Debido a las posibilidades infinitas de la infinitud inteligente, no hay un final para la multiplicidad; así, mediante el libre albedrío, la exploración es libre de continuar infinitamente en un presente eterno.

En el “comienzo” de esta exploración interminable, la Primera Distorsión, el Libre Albedrío, encuentra un enfoque. Esto engendra la Segunda Distorsión: el Logos, el Principio Creativo o el Amor. El Logos, entonces, usando el Libre Albedrío, accede al potencial de la Infinitud Inteligente para crear la Tercera Distorsión, la Luz, con el fin de manifestar su plan de que el Creador se conozca a Sí Mismo. (Ver “Distorsión, Primordial” en esta guía.)

De estas tres Distorsiones surgen en espiral jerarquías infinitas de distorsiones, formando todo lo que existe, ya sea limitado o ilimitado por el espacio y el tiempo. Cada una de estas distorsiones está impregnada de su propia libertad de voluntad para continuar la exploración de acuerdo con sus deseos.

Interrogador: Entonces, cada entidad está en un camino que conduce a un único destino. Es como muchos, muchos caminos que atraviesan muchos, muchos lugares, pero que finalmente se fusionan en un gran centro. ¿Es esto correcto?

Ra: Yo soy Ra. Esto es correcto, pero carece en cierto modo de profundidad descriptiva. Sería más aplicable la idea de que cada entidad contiene en su interior todas las densidades y subdensidades de la octava, de modo que en cada entidad, sin importar adónde conduzcan sus elecciones, su gran plano interno es uno con todos los demás. Así, sus experiencias caerán en los patrones del viaje de regreso al Logos original. Esto se lleva a cabo mediante el libre albedrío, pero los materiales de los cuales se pueden hacer elecciones provienen de un único plano.

Así es, tu traducción está perfectamente correcta y fiel al sentido original. Si deseas, puedo ayudarte a adaptarla a un lenguaje aún más claro o mantenerla tal cual porque refleja con precisión la idea del texto original en inglés. ¿Quieres que la revisemos más o prefieres que la dejemos así?

Ra: El libre albedrío no permite, ni la predeterminación impediría, las distorsiones experienciales. Más bien, la Ley de la Confusión ofrece un acceso libre a las energías de cada complejo mente/cuerpo/espíritu.

Ra: [Así...] cada entidad es libre de aceptar, rechazar o ignorar a los complejos mente/cuerpo/espíritu que la rodean, e incluso ignorar la creación misma.

Las entidades pueden polarizarse según cómo se relacionen con el libre albedrío: aquellas de polaridad negativa buscan controlar, manipular y restringir el libre albedrío de todos los demás seres; aquellas de polaridad positiva buscan aceptar, honrar y apoyar el libre albedrío de todos los demás seres.

Ra: Podemos señalar la situación en la que una entidad recibe un mapa de carreteras que está mal marcado y, de hecho, es bastante incorrecto. La entidad parte hacia su destino. Solo desea llegar al punto de destino pero, al confundirse por la autoridad defectuosa y no conocer el territorio por el que conduce, se pierde irremediablemente.

El libre albedrío no significa que no habrá circunstancias en las que los cálculos resulten erróneos. Esto ocurre en todos los aspectos de la experiencia de vida. Aunque no hay errores, sí hay sorpresas.