Una guía de conceptos
Cosecha, General (Graduación)
Dentro de una octava existen siete ciclos de evolución conocidos como densidades. Un cuerpo planetario transita de una densidad a otra de acuerdo con un diseño preciso que podría visualizarse como la carátula de un reloj tridimensional extendido a lo largo de toda la galaxia. A medida que la galaxia gira (o, más técnicamente, se enrolla en espiral), cada sistema solar y planeta que la componen se mueve a través de la densidad de experiencia programada.
Los ciclos se mueven con la misma precisión con la que un reloj marca la hora. El portal desde la energía inteligente hacia el infinito inteligente se abre, como dice Ra, independientemente de las circunstancias, en el momento exacto en que se marca esa hora.
El final de una densidad (o de un subciclo dentro de una densidad) se conoce como el tiempo de la cosecha—lo que significa que, al completar una densidad o un ciclo dentro de ella, aquellos que han aprendido con éxito la lección correspondiente son cosechados para determinar si están listos para graduarse a la siguiente densidad. Esto es, quizás, algo análogo a aprobar un examen final al terminar un grado escolar para poder avanzar al siguiente nivel.
En el proceso de graduación, el espíritu de cada entidad cosechada se desplaza a lo largo de la línea de luz hasta que la luz se vuelve demasiado deslumbrante; en ese momento, la entidad se detiene en la densidad de experiencia que corresponde a su propio nivel vibratorio, eligiendo el entorno nuevo más apropiado, ya sea para repetir su ciclo actual o para avanzar al siguiente ciclo.
Este proceso es completamente autodirigido, aunque cuenta con una enorme cantidad de asistencia por parte de guías, guardianes y el yo superior.
Nota del autor: La maduración del alma
Parece evidente que Ra eligió el término cosecha como una metáfora. Así como los cultivos de un agricultor son cultivados y eventualmente cosechados, del mismo modo las almas maduran en el suelo de una determinada densidad y dan fruto para el Creador. Es decir, si el alma ha aprendido las lecciones de esa densidad en particular, está lista para ser cosechada y avanzar hacia la siguiente.
La cosecha, como metáfora, no necesita estar estrictamente relacionada con los campos arados y los huertos cultivados de la agricultura. La cosecha puede ser simplemente el producto o resultado de una acción. Ra menciona, por ejemplo, que la “cosecha” de la octava anterior dio lugar en esta octava a las polaridades masculino/femenino y al complejo mente/cuerpo/espíritu. Nosotros, como co-Creadores, también podemos cosechar los frutos de nuestro trabajo.
En última instancia, todo lo que se cosecha en este o en cualquier universo es una cosecha de experiencia ofrecida al Creador.