Una guía de conceptos

Mensaje para los errantes

Q’uo: Lo que los errantes normalmente no se dan cuenta es que aquello que es tan obvio y fácil desde el otro lado del velo es imposible de leer y difícil de soportar dentro del denso velo de la tercera densidad de la Tierra. El peligro siempre es que el errante no despierte, o, si está parcialmente despierto, que despierte solo para quejarse de que no está cómodo, que quiere ir a casa, que debe dejar este lugar que está tan contaminado y sucio.

Sugerimos que precisamente porque este planeta está tan necesitado de vibraciones más elevadas es que ustedes vinieron a servir en este tiempo, para ayudar a aligerar las vibraciones del planeta Tierra. Su amor fue tan grande que dieron ese paso. Y ahora han despertado y saben cuán difícil fue darlo. Les animamos a asumir el honor y el deber de ser un errante.

Aquello que conocen de los planos superiores, aquello que recuerdan de manera tenue o no tan tenue, llévenlo a su corazón y permitan que bendiga el entorno que ven ante ustedes, tal como es. No están aquí para limpiarlo. No están aquí para hacerlo correcto. No están aquí para arreglarlo. Pues todo el mundo exterior es una ilusión. Están aquí para amarlo. Tomen al mundo en sus brazos y abrácenlo. Así fue como vinieron a servir. Esta es su gloria y su corona. Llévenla bien y regocíjense de estar aquí.

Ojalá pudiéramos quitar cada roca de su camino y rellenar cada tramo traicionero del suelo, para que pudieran caminar rectos y sin tropiezos por el sendero de la búsqueda. Pero debemos observarlos esforzarse cuesta arriba y tropezar cuesta abajo, cansarse y caer en la desesperación. Sin embargo, nosotros y muchos otros estamos allí mismo con ustedes en esa desesperación, y si solicitan ayuda al Consolador, esta les será ofrecida de inmediato. Solo deben pedirlo mentalmente.

Errante, en su agonía, consolarán a muchos. En su soledad compartirán amor. Y cada lágrima, cada dolor, cada sufrimiento puede ser, si respetan estos sentimientos, un don agridulce cristalizado para el Creador, un recuerdo de una obra dramática que parecía tener un final infeliz. Confíen en que es solo una obra y que su verdadero caudal de vida danza y se regocija. Así, al final, los errantes pueden recuperar dentro de la ilusión su yo más profundo. Primero lamenten y luego regocíjense.